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Pasado, presente y futuro de la traducción

Publicado el 20/05/2019

Ayer, cambiando el dial de la radio huyendo de la publicidad llegué a Radio 3 donde argumentaban que vivimos en un mundo de cambio constante y rápido, donde nada permanece estable y donde las cosas llegan para después irse. Esta reflexión se hacía en relación a la música, pero es directamente trasladable a muchas áreas profesionales. Estoy seguro de que si piensas en tu propia profesión  y sector te sentirás inmediatamente identificado, todavía más si quizá trabajas en un sector que no existía hace 10 ó 20 años.

La desaparición de la máquina de escribir

Muchas profesiones han muerto con la revolución digital, igual que muchas murieron con la revolución industrial.  Mientras me documentaba para escribir esta entrada, según una entrada de la Wikipedia, la última fábrica de máquinas de escribir se cerró en 2011 en la India. La que habría sido la herramienta de trabajo predilecta del traductor profesional durante décadas tuvo que dar paso al ordenador y al procesador de textos.

En el trabajo profesional del traductor de hoy vivimos una fase de cambio que puede ser similar al paso de la máquina de escribir al ordenador, donde muchos traductores se resisten a los cambios que están y que acabarán por implantarse, porque es la eficiencia y la productividad la que echará del mercado a aquellos que no se adapten.

El nacimiento de las memorias de traducción

Una de las tecnologías que revolucionó la forma de trabajar en la traducción profesional, sobre todo en el ámbito de la traducción técnica y de tecnologías de la información, fue el uso de la memorias de traducción, es decir, programas informáticos que ofrecen una gestión avanzada de bases de datos de traducciones humanas. El término utilizado para describir este tipo de programas es en sí un eslogan de marketing. Imaginemos lo que tendría que hacer un traductor para recordar la traducción de un término técnico de un texto traducido un año atrás en la época del papel. Tendría que buscar en el texto impreso que traducción le habría dado, pasando hojas y hojas, esperando encontrarse con la traducción. En el mundo digital y con la memoria de traducción, el traductor está a unos clics de distancia para consultar cualquier palabra que hubiese sido traducida con anterioridad.

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Esta frase parece que resume esa querencia que todos tenemos por querer seguir haciendo las cosas como las hacíamos, por seguir en nuestra zona de confort. Todavía hoy me sorprende que haya traductores dentro del ámbito de la traducción técnica, y traduciendo manuales técnicos, que hayan sido capaces de sobrevivir al advenimiento de las memorias de traducción sin utilizarlas; una tecnología que empezó a utilizarse con éxito ya en los años 90. Como pasó con el uso de procesadores de textos con respecto a las máquinas de escribir, el uso de memorias de traducción hacía que el trabajo del traductor fuese más productivo y eficiente. Si imaginamos la traducción de una manual técnico o de una catálogo de productos, donde puede existir una alto grado de repeticiones o de texto similar, podemos ver claramente cómo se puede mejorar la productividad y la calidad de la traducción.

Traducción automática: ¿enemigo o amigo del traductor?

Escucharás a muy pocos traductores que hablen bien de la traducción automática. Sin duda, la mayoría de los traductores se sienten amenazados por la traducción automática y su reflejo inmediato es hablar de que uno no se puede fiar de la traducción automática y de los errores gravísimos que comete. Es cierto, la traducción automática no es a día de hoy 100% fiable, ni creo que llegue a serlo nunca, pero cada vez más la traducción automática es una herramienta tecnológica que ayuda al traductor a hacer un mejor trabajo y más productivo.

Recuerdo mis primeros trabajos de traducción siendo todavía alumno en la facultad de traducción, cuando conseguí un trabajo de una agencia de traducción de Madrid que me enviaba el texto traducido automáticamente. He tenido que ir superando mi visión de la traducción automática por aquel primer contacto que tuve con esta. La agencia de traducción pretendía reducir la tarifa a pagar al ofrecer la traducción automática, pero era una traducción absolutamente literal y falta de sentido en la mayoría de las frases, con lo cual era más productivo el traducir todo desde cero que intentar arreglar aquel desaguisado.

 
Pero la traducción automática ha ido evolucionando. Los programas que existían hace 20 años estaban basados en reglas gramaticales y diccionarios. Después se pasó a la traducción estadística basada en metadatos que supuso un avance cualitativo importante. Hace años ya que las grandes empresas multinacionales del sector tecnológico hacen uso de la traducción automática con éxito para abaratar sus costes. Estas empresas cuentan con las condiciones apropiadas para hacer uso de la traducción automática ya que cuentan con grandes volúmenes de texto traducido dentro de un ámbito específico y de textos técnicos que ya se producen pensando en que sean fáciles de traducir para el traductor automático. Y porque cuentan con la infraestructura informática capaz de procesar tal cantidad de datos.

La inteligencia artificial revoluciona la traducción automática

El último paradigma que ha revolucionado la traducción automática son las redes neuronales y el aprendizaje automático. Este nuevo paradigma necesita igualmente de ordenadores muy potentes que sean capaces de servirse y analizar grandes bases de datos, pero ha supuesto una mejora significativa en la calidad de las traducciones obtenidas, según acreditan diversos estudios comparativos. De hecho, el motor de traducción automática estadística sobre los que se basan la mayoría de los sistemas desarrollados anunció en 2017 que ese año lanzaría la que sería su última versión, lo que parece constatar la hegemonía de este nuevo paradigma.

La inteligencia artificial revoluciona la traducción automática

Con este nuevo paradigma, ha emergido en la escena internacional un nuevo actor (DeepL), como anunciábamos en noviembre de 2017, que ha conseguido traducciones automáticas de mayor calidad que el omnipotente Google Translator, lo que parece demostrar que no es solo cuestión de datos —nadie puede competir en este sentido con el gigante tecnológico—, sino que la programación basada en este paradigma deja lugar para que el ingenio humano venza a la capacidad de almacenamiento y de procesamiento de los megaordenadores.

La postedición: el futuro de la traducción

Hay muchos aspectos tecnológicos que han cambiado progresivamente la forma en la que los traductores trabajan, pero sin duda la más significativa es la llegada de la postedición. Se trata de un término que en la jerga de la empresa de traducción y traductores profesionales hace referencia a la revisión de una traducción automática. Como he comentado anteriormente, muchas grandes empresas, sobre todo del sector de las tecnologías de la información, llevan ya años posteditando, pero la mejora de sistemas de traducción automática genéricos que hay hoy día al alcance de las empresas de traducción y traductores profesionales, y la mejora sustancial de estos, hace que en determinado tipo de traducciones y combinaciones lingüísticas, la postedición tenga grandes resultados y aumente la productividad. Ya existen traductores profesionales que su manera preferida de trabajar es la postedición, pero todavía existe una gran resistencia por parte de la mayoría de los traductores.

La postedición: el futuro de la traducción

Si vemos el pasado de la traducción, nos podemos aventurar a decir que su futuro se llama postedición. De aquí a 20 años la mayoría de las traducciones dentro del ámbito técnico, y también legal, serán postediciones, por la simple razón de que es una ayuda tan grande a la tarea de traducir que acabará imponiéndose.

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Josh Gambin

Josh Gambín es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia y en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada. Ha desarrollado diversas funciones como gestor de proyectos, maquetador, y traductor freelance y en plantilla. Desde 2002 es socio fundador de AbroadLink y actualmente desarrolla el cargo de Director de Ventas y Marketing.

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