Cómo adaptar el lenguaje inclusivo a cada idioma

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El lenguaje inclusivo no solo visibiliza la diversidad, sino que también configura nuestra percepción del mundo. Evita estereotipos, generando una comunicación más igualitaria y respetuosa, esencial en esta época de reivindicaciones sociales, mezclas culturales y marketing global. La teoría del relativismo lingüístico sugiere que la lengua y las palabras que utilizamos influyen en nuestro comportamiento y nuestra manera de pensar. Por ejemplo, en inglés, el pronombre neutro «they» se utiliza para designar a una persona cuyo género es desconocido o no binario. De igual manera, el pronombre sueco «hen» permite referirse a una persona sin mencionar su género. Estas prácticas lingüísticas materializan, a través del lenguaje, el concepto de identidad de género, que podría ser difícil de comprender sin la existencia de palabras asociadas. La identidad de género puede seguir siendo un concepto vago para mucha gente que no se siente interpelada por esta cuestión. No obstante, la existencia de palabras para nombrarlo refuerza su peso y pone de relieve esta realidad social en el imaginario colectivo. Por tanto, el lenguaje inclusivo es importante no solo por el respeto de la diversidad, sino también para fomentar la reflexión y la tolerancia de realidades que han cobrado una gran importancia en la sociedad de hoy en día.
Dificultades específicas de la traducción inclusiva
Algunas lenguas, como el finés, no tienen género gramatical. Esto facilita el lenguaje inclusivo, ya que no resulta necesario adaptar las palabras según el sexo de la persona hablante o designada. En cambio, otras lenguas, como el español, requieren adaptaciones cuando buscamos una escritura inclusiva.
Por otro lado, no se recomienda el uso de un traductor automático en lo que a inclusividad se refiere. De hecho, son herramientas de traducción sesgadas que a menudo reproducen estereotipos de género. Por ejemplo, la palabra «nurse» en inglés se traducirá generalmente como «enfermera», incluso sin un contexto de género, simplemente porque el traductor está perpetuando el estereotipo de que se trata de una profesión ejercida principalmente por mujeres.
Por último, la ausencia de normas universales también dificulta la traducción de un texto en escritura inclusiva. Las convenciones varían mucho entre países y culturas. Para traducir este tipo de textos, es necesario conocer a fondo la cultura y las normas específicas de ambas lenguas en lo que respecta a la escritura inclusiva.
Traducir la neutralidad de género: un desafío técnico y ético
En un mundo en el que las lenguas estructuran el pensamiento y conforman las representaciones sociales, traducir la neutralidad de género no es un mero ejercicio lingüístico. Se trata de un desafío tanto técnico, porque no todos los sistemas gramaticales disponen de las mismas herramientas para expresar la neutralidad, como ético, porque implica respetar las identidades preservando la claridad del mensaje. Entre la resistencia cultural, las características específicas de las lenguas de destino y la necesidad de ser fiel al texto de origen, la traducción se convierte en una tarea delicada, aunque existen diversas técnicas:
- Transcreación: Consiste en adaptar un mensaje en lugar de traducirlo palabra por palabra, a la vez que se conserva su intención, tono y dimensión cultural. Para ilustrar este proceso en el contexto del lenguaje inclusivo, podríamos traducir la palabra inglesa «student» no por «alumno/a» (sustantivo con marca de género), sino por «estudiante», que es neutro e incluye tanto a los alumnos como a las alumnas.
- Técnicas lingüísticas: Existen varias técnicas para utilizar el lenguaje inclusivo. Los pronombres neutros son pronombres que no indican género gramatical, como «yo» o «tú». Al no existir ninguno para la tercera persona en español, el pronombre «elle» lleva usándose en determinados círculos desde hace más de una década. Por ejemplo, en la frase «hagamos lo que ellos quieran», el pronombre masculino en uso genérico «ellos» puede remplazarse por «elles» con el fin de mantenerse neutral respecto al género de las personas aludidas. Aunque todavía no ha sido recogido por la Real Academia de la Lengua, por no ser su uso generalizado, su presencia popular y el debate que genera demuestran una evolución del pensamiento, y es posible que con el tiempo llegue a ser aceptado institucionalmente. Otra forma de evitar la denominación de género es la neutralización sintáctica, es decir, la sustitución de un sustantivo con marca de género por otro colectivo o abstracto. Por ejemplo, en lugar de «los electores», podríamos optar por «el electorado», que es neutro en cuanto al género.
- Desdoblamientos: Esta técnica consiste en incluir todos los géneros en la formulación. De este modo, podemos duplicar el sustantivo con las dos formas de género, e incluso una tercera no binaria. Por ejemplo, en lugar de «lectores», podríamos decir «lectores y lectoras», aunque el orden elegido sigue siendo un punto de divergencia porque sugiere una jerarquía de géneros. También existen formas abreviadas para mostrar ambas formas («los ciudadanos/as/es») con variaciones tipográficas según el país. Sin embargo, esta opción sigue sin resolver el problema del orden de género.
Límites y controversias en torno a la escritura inclusiva
No todo el mundo está a favor de la escritura inclusiva. Son muchas las personas que muestran reservas sobre su uso. De hecho, una de las críticas que se le hacen es su falta de legibilidad. La adición de partículas y palabras para hacer inclusivo un texto a veces lo hace pesado, y la nueva tipografía asociada requiere un esfuerzo adicional para descodificar las palabras. Si el lenguaje inclusivo está mal incorporado, esto repercute directamente en la fluidez del texto.
Además, incluir oficialmente el lenguaje inclusivo en un idioma implicaría su revisión total a través de la modificación de reglas gramaticales relacionadas con el género, como la concordancia, la sintaxis o la tipografía. Esto tendría un gran impacto cultural y económico, tanto para la transición a las personas adultas acostumbradas a la lengua en su forma actual y reacias al cambio, como para la educación de las nuevas generaciones. De hecho, habría que revisar todos los manuales, recursos y estrategias pedagógicas ya existentes. Por tanto, esta transición requeriría tanto una campaña de sensibilización masiva como una enorme inversión financiera.
Por otro lado, algunas instituciones como la Real Academia Española también se muestran reticentes sobre su uso. De hecho, el 27 de octubre de 2020, la RAE añadió el término «elle» a su Observatorio de Palabras, pero tras unos días lo retiró por la «confusión generada». Y aunque estas autoridades lingüísticas deben actuar como marcos de referencia y no como jueces de lo correcto y lo incorrecto, sus decisiones pueden influir en la opinión popular y en la velocidad a la que se producen los cambios lingüísticos.
Por último, la adopción del lenguaje inclusivo varía mucho entre sectores profesionales, variedades regionales y registros. Estas diferencias dificultan la traducción de una lengua a otra cuando no comparten las mismas normas en materia de escritura inclusiva. Por todo ello, los, las y les profesionales de la traducción necesitan tener una gran capacidad de adaptación, para respetar tanto las normas lingüísticas como los aspectos culturales implicados.
Por qué recurrir a una agencia experta en comunicación inclusiva
Recurrir a una agencia especializada en comunicación inclusiva presenta varias ventajas importantes. En primer lugar, garantiza la conformidad lingüística y cultural, evitando una redacción incómoda o mensajes involuntariamente discriminatorios. Los conocimientos técnicos de estas agencias también garantizan la elección de estrategias lingüísticas adaptadas a un público concreto, lo que permite una comunicación más precisa y representativa.
Una agencia especializada en escritura inclusiva va un paso más allá, ofreciendo traducciones de textos basadas en principios de igualdad y visibilidad de las distintas identidades. Aplica herramientas y métodos específicos, como auditorías de los textos existentes, cartas editoriales inclusivas, formaciones específica de los equipos editoriales y tecnologías como los conversores automáticos, como Inclus, para adaptar los contenidos a los distintos estilos (pronombres neutros, desdoblamientos, sustantivos epicenos, etc.). También ayuda a redactar documentos oficiales, materiales de marketing y contenidos web en versiones inclusivas, asegurándose de que sigan siendo legibles y accesibles.
Por último, a nivel estratégico, adoptar un enfoque integrador contribuye a reforzar la imagen de marca, transmitiendo valores de apertura, respeto y compromiso social. Esto permite a las empresas posicionarse de manera responsable y atenta a los retos contemporáneos de diversidad e inclusión.
Adaptar el lenguaje inclusivo a cada lengua es mucho más que una cuestión de forma : es un compromiso estratégico, ético y técnico. Combinando la adaptación lingüística, la sensibilidad cultural y la experiencia, una agencia especializada garantiza un mensaje claro, inclusivo y con impacto. Contáctanos para obtener más información sobre nuestros servicios de traducción y nuestra agencia de traducción.
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Assistant marketing chez Abroadlink, Djobdi SAÏDOU est actuellement en deuxième année de Master Langues Étrangères Affaires Internationales à l'Université de Lorraine. Il est également titulaire d'une licence de langues étrangères appliquées.
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