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¿Cómo traducir correctamente un contrato?

Publicado el 19/06/2020

La globalización hace que cada vez sea más necesaria traducir documentos de carácter jurídico en varias lenguas. La demanda de empresas que quieren traducir sus documentos (contratos de trabajo, contratos comerciales, financieros, etc.) aumenta día a día. A continuación, te mostramos los elementos que deben tenerse en cuenta a la hora de traducir correctamente un contrato, según las peculiaridades jurídicas y lingüísticas.

1. Traducción jurídica

La traducción de un contrato corresponde al ámbito de la traducción jurídica, al igual que cualquier documento que haga referencia a la legislación (juicio, partida de nacimiento, estatutos de empresas, aviso legal, etc.). Dichos documentos deberán ser precisos, estar bien estructurados y respetar las características propias de los textos jurídicos.

Traducción jurídica


No solo se deberán tener en cuenta las características léxicas, estilísticas, sintácticas, semánticas o, incluso, tipográficas, sino también el contexto. De hecho, una misma expresión jurídica puede utilizarse en diferentes ramas del derecho (derecho civil, derecho comercial, derecho del trabajo, etc.) y tener un sentido diferente en cada una de ellas.

Por lo que el traductor encargado de traducir un contrato tendrá que tener vastos conocimientos lingüísticos tanto de la lengua de origen como de la lengua meta, así como de la legislación jurídica propia de ambas lenguas.

2. Peculiaridades de la traducción de un contrato

El más mínimo error en la traducción de un contrato puede acarrear consecuencias desastrosas, hasta el punto de dar lugar a un contrato nulo y sin efecto.  Un contrato, sea cual sea su naturaleza, contiene elementos jurídicos precisos, con términos y expresiones jurídicas propias y exactas.

2.	Peculiaridades de la traducción de un contrato


La dificultad reside en plasmar dicha precisión en la lengua meta, teniendo en cuenta lo siguiente:

  • La localización
  • La equivalencia tanto del fondo como de la forma.
  • La necesidad de que la traducción sea completamente fiel al texto origen.
  • El formato apropiado del texto, así como de su maquetación cuando proceda.

3. Recursos lingüísticos en traducción jurídica

Para conseguir una traducción correcta de un contrato, el traductor jurídico especializado deberá utilizar, en ocasiones, recursos especializados en traducción jurídica. La utilización de estos recursos ayudará a evitar, sobre todo, los errores relacionados con el cambio de terminología entre la lengua meta y la lengua origen. Lo que resulta especialmente oportuno en el caso de la terminología jurídica, ya que está sujeta a una evolución constante.

Recursos lingüísticos en traducción jurídica

Estas herramientas permiten asimismo al traductor ganar tiempo en su trabajo sin mermar la calidad del resultado final. De hecho, incluso la mejora. Se trata, sobre todo, de diccionarios jurídicos disponibles en numerosas lenguas, actualizados constantemente y disponibles en internet, como, por ejemplo:

mijnwoordenboek.nl: Diccionario contextual disponible en neerlandés, inglés, francés, alemán y español.

eurotermbank.com: Diccionario terminológico disponible en más de 40 lenguas y con la posibilidad de hacer búsquedas filtrando la categoría (derecho civil, comercial, internacional, etc.).

dictionnaire-juridique.com: Diccionario de derecho francés privado que permite encontrar definiciones precisas y detalladas, así como sinónimos, abreviaciones y colocaciones de numerosas palabras y expresiones jurídicas.

4. Traducción de contratos: Errores que debemos evitar

Traducción de contratos: Errores que debemos evitar

A continuación, te mostramos algunos errores que suelen aparecer en contratos o en documentos jurídicos que no han sido traducidos por un traductor especializado. Debemos evitarlos a toda costa:

  • La presencia de expresiones y términos jurídicos en el texto meta que no se corresponden con el texto origen.
  • La traducción literal, ya que podemos caer en la trampa de utilizar falsos amigos o cometer contrasentidos, solecismos, etc.
  • El abuso de términos genéricos, ya que corremos el riesgo de obtener una traducción imprecisa, es decir, errónea.

La traducción de un contrato exige numerosas competencias en varios ámbitos, especialmente en el lingüístico y en el jurídico, y no tolera ningún error, por pequeño que parezca. Por ello, las empresas recurren a un traductor jurídico especializado y a ser posible, con formación en la traducción de este tipo de documentos.

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Virginia Pacheco

Escritora para blogs y Community Manager interesada por la multiculturalidad y la diversidad lingüística. Desde su Venezuela natal, ha viajado y vivido largas temporadas en Francia, Alemania, Camerún y España, transmitiendo a su pasión por la escritura su experiencia intercultural.

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